Jan Potocki y «El manuscrito encontrado en Zaragoza»: Un Legado Literario del Siglo XVIII
A principios del siglo XIX, el aristócrata e historiador polaco Jan Potocki completó una de las obras más distintivas de la literatura europea: El manuscrito encontrado en Zaragoza. Originalmente escrita en francés, esta novela es un complejo entramado de relatos que anticipa con notable modernidad los experimentos narrativos del siglo XX.
Un Hombre de Ciencia y Letras
Nacido en 1761 en Pików, entonces parte de la Mancomunidad Polaco-Lituana, Potocki fue un hombre de ciencia, un viajero incansable y un diplomático. Su interés por las diversas culturas del mundo se refleja en su obra, que se desarrolla en la España del siglo XVIII. En ella, el joven oficial Alphonse van Worden experimenta una serie de episodios sobrenaturales, filosóficos y eróticos mientras atraviesa la enigmática Sierra Morena.
El Proceso de Creación
La creación de El manuscrito encontrado en Zaragoza se extendió por más de dos décadas. Potocki comenzó a escribirla en 1794 y trabajó en diferentes versiones hasta su fallecimiento en 1815. Durante su vida, publicó solo fragmentos: una edición parcial en 1804 y otra ampliada en 1810. Sin embargo, la obra quedó inconclusa. No fue hasta 1958 cuando los estudiosos Roger Caillois y René Radrizzani reunieron los manuscritos dispersos y presentaron la primera edición completa, tal como se conoce hoy.
La Zaragoza de la Imaginación
El título de la novela alude a un supuesto manuscrito hallado en Zaragoza, ciudad que en la imaginación ilustrada de Potocki simbolizaba un cruce entre Oriente y Occidente, entre la razón europea y el misterio. Aunque Potocki nunca visitó Zaragoza, sí recorrió España, incluyendo Andalucía, Madrid y la región de Sierra Morena, escenarios que luego cobrarían vida en su narrativa.
En el siglo XVIII, para un intelectual europeo, Zaragoza evocaba un espacio legendario, donde las influencias moriscas, cristianas y judías se entrelazaban con ecos de antiguas batallas y supersticiones populares. Un ejemplo de ello es el Palacio de la Aljafería, que, aunque no se menciona explícitamente, se asocia con el ambiente aragonés de la historia. Algunos estudiosos sugieren que Potocki pudo haberse inspirado en la Aljafería y su historia árabe-cristiana para crear la atmósfera multicultural de la novela.
Escenarios y Personajes
Potocki menciona directamente la región de Aragón, especialmente las sierras y caminos entre Zaragoza y Madrid durante el siglo XVIII. El protagonista, Alfonso van Worden, se pierde en “los montes de Zaragoza”, un paisaje árido y solitario que refleja la dureza y el misterio de la región. Estos escenarios, descritos con ventas abandonadas, cuevas y ermitas, evocan el entorno del Moncayo y las sierras del interior aragonés.
Muchos lugares de la novela son ficticios, como la Venta Quemada, las cuevas de los Gomelez o la ermita del bandolero Zoto, pero están inspirados en la topografía y el folclore aragonés, recordando a lugares como Calatayud, Alhama o Borja.
Influencia y Adaptación Cinematográfica
La estructura del libro, con historias dentro de historias, recuerda a los cuentos orientales y Las mil y una noches, anticipando la literatura moderna de autores como Borges, Cortázar o Calvino. Con una mezcla de realismo mágico, filosofía ilustrada y humor negro, Potocki creó un universo donde lo racional y lo fantástico coexisten sin fronteras claras. La novela puede leerse tanto como una aventura fantástica como una reflexión filosófica sobre la condición del hombre ilustrado frente al misterio del mundo.
Durante más de un siglo, la obra de Potocki circuló de forma fragmentaria y fue casi olvidada. Sin embargo, en 1965, el director polaco Wojciech Jerzy Has adaptó la novela al cine con El manuscrito encontrado en Zaragoza (Rękopis znaleziony w Saragossie). La película, rodada en Polonia, capturó el espíritu barroco y enigmático del libro y lo tradujo en imágenes de gran belleza.
Con el tiempo, la cinta se convirtió en una obra de culto admirada por cineastas como Luis Buñuel, Martin Scorsese y Francis Ford Coppola, quienes vieron en ella una síntesis perfecta de lo onírico y lo filosófico. Gracias a Has, el mundo redescubrió la genialidad de Potocki y su conexión entre la tradición polaca y la imaginación hispana. En homenaje a esta película, la Filmoteca de Zaragoza proyectará una versión restaurada el sábado 25 de octubre, acompañada de un concierto flamenco del guitarrista polaco Kamil Urbanski el viernes 24 de octubre.
Hoy, más de dos siglos después, El manuscrito encontrado en Zaragoza sigue siendo una de las novelas más singulares del siglo XVIII europeo. El legado de Jan Potocki, el noble polaco que imaginó una España misteriosa, continúa vivo como una invitación a explorar los laberintos de la mente y el alma.




