Celebración del Jubileo Educativo en Zaragoza reúne a 7.500 personas
El pasado jueves, la plaza del Pilar de Zaragoza fue el escenario de un evento multitudinario que congregó a 7.500 personas, en su mayoría niños y jóvenes. Este encuentro formó parte del Jubileo del mundo educativo, una iniciativa organizada por la Archidiócesis de Zaragoza con el objetivo de integrar la fe y la educación.
David Berrueco, director de San Valero, comentó sobre la importancia de transmitir valores cristianos en el ámbito educativo, señalando que es fundamental vivir estos valores diariamente en las aulas. Por su parte, Alexandra Rodríguez, estudiante de 2º de ESO, destacó que para ella los valores más significativos son la empatía y el respeto.
Desde el Colegio Maristas, el profesor Raúl Rodríguez subrayó que las celebraciones grupales fortalecen el sentido de pertenencia a la Iglesia y ofrecen una perspectiva educativa más allá de lo que se enseña en el colegio.
El Jubileo, que se celebra cada 25 años para conmemorar el nacimiento de Jesús, es un año de esperanza y alegría con un marcado carácter educativo. Este año, por primera vez, la celebración tuvo lugar en la plaza del Pilar, y debido a la alta participación, se planea repetir el evento en el futuro.
La jornada comenzó a las 10:00 horas, con alumnos que llegaron en peregrinación desde diferentes puntos de la capital aragonesa. La mayoría de los participantes provenían de colegios concertados y privados, organizados en diez grupos que partieron desde diversas parroquias de la ciudad, como Nuestra Señora del Portillo, San Juan de la Cruz, Perpetuo Socorro, Santiago, San Miguel, Esperanza, Sagrado Corazón, Santa Engracia, San Braulio y Jesús Maestro.
Todos los centros educativos de Zaragoza fueron invitados a participar en esta jornada. Soledad Obregón, responsable de pastoral de Escuelas Católicas en Aragón, resaltó la excelente acogida del evento y explicó que el Jubileo es un año de esperanza, alegría y gozo, con un enfoque pedagógico que recuerda la presencia de Jesús entre nosotros.
Obregón enfatizó que los jóvenes aprenden mejor a través de experiencias vivenciales, en lugar de lecciones teóricas, y que esta jornada representa una oportunidad práctica para unir la fe con la vida cotidiana.
El evento incluyó una visita a la basílica del Pilar y contó con las palabras del arzobispo de Zaragoza, Don Carlos Escribano, quien instó a los jóvenes a reconocer su papel como portadores de esperanza para los demás. La jornada concluyó con la actuación de la rapera católica Aisha.




